Estrellas y Borrascas

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EL CIELO

Cuaderno de Observación 1. Doble cúmulo de Perseus

Las constelaciones de Cassiopeia y Perseus albergan una notable variedad de objetos celestes de gran interés, especialmente cúmulos estelares abiertos. En el sector inferior derecho aparece el famoso Doble Cúmulo de Perseus, formado por h y x Persei (NGC 869 y NGC 884, respectivamente) y localizable a simple vista en cielos transparentes alejados de luces parásitas. Con unos binoculares de 7 x 50 la visión de este objeto doble es muy interesante y si lo hacemos con unos de 11 x 80, el espectáculo es excelente. Entre ambos suman más de 400 estrellas y son fácilmente discernibles por su gran tamaño, ya que entre ambos abarcan aproximadamente un grado de arco en la bóveda celeste. NGC 869 tiene una población estelar algo mayor que la de NGC 884, ya que se estima que alberga más de 200 estrellas. Al hallarse en una declinación de 57 grados, bastante próxima al polo celeste, este objeto doble puede observarse desde el hemisferio norte casi todo el año, aunque el otoño es la época más favorable porque ocupa hacia la medianoche su posición más alta en el firmamento. Los dos cúmulos son muy jóvenes, ya que su edad se cifra en sólo varios millones de años, muy poco tiempo dentro de las escalas de la evolución estelar. Se hallan a una distancia del Sol que supera los 7 000 años luz.

Muy cerca de h y x Persei podemos encontrar otro cúmulo abierto de interés, aunque mucho más pequeño, ya que su diámetro es de poco más de 10 minutos de arco. Se trata de NGC 957, que en la carta aparece a la izquierda del Doble Cúmulo, y es asequible para los pequeños telescopios, que en este caso son más propicios que los prismáticos para apreciar detalles en el cúmulo. La magnitud de este objeto es de 7,6 y, por tanto, es un cúmulo relativamente brillante, aunque no perceptible a simple vista.

IC 1805 (arriba del centro) es un ejemplo clásico de nebulosa con un cúmulo abierto en su interior. La nebulosa no es visible, pero aparece en las fotografías de larga exposición, si bien el cúmulo interior es lo suficientemente brillante y grande para una buena observación telescópica. A la izquierda, pero muy próximo a IC 1805, se halla otro interesante cúmulo abierto: NGC 1027, de características similares a NGC 957 en tamaño y brillo. La frontera entre Cassiopeia y Perseus muestra una gran riqueza estelar y es aconsejable que el observador vaya barriendo la zona con el telescopio o con binoculares. Si se utiliza un telescopio, lo mejor es iniciar el recorrido con menos de 50 aumentos para obtener una vista de conjunto y localizar más fácilmente los cúmulos estelares que pueblan esta parte del firmamento. Después, cada cúmulo invita a una observación en detalle para la cual es necesario un aumento gradual de la potencia, aunque por regla general no es conveniente que con los telescopios pequeños se superen los 100 aumentos.

A la derecha del centro, la carta estelar muestra el cúmulo abierto Stock 2. Es mucho más disperso que el resto de conglomerados de la zona, ya que su diámetro es de un grado de arco. Para tener una visión adecuada hay que utilizar pocos aumentos, ya que de lo contrario no podrá observarse el cúmulo entero.

En esta zona del cielo resulta evidente la ausencia de galaxias. Sin embargo, el observador encontrará un gran atractivo en su riqueza estelar, tanto por los cúmulos presentes como por la densidad estelar de conjunto, ya que la Vía Láctea cruza de lleno la confluencia entre Cassiopeia y Perseus. Asimismo, los interesados en la astrofotografía hallarán aquí un buen motivo, ya que por su gran tamaño, las nebulosas IC 1805 e IC 1848 quedan al alcance de teleobjetivos de pequeño tamaño. Fotográficamente, son más aconsejables en esta región celeste que los telescopios, aunque éstos deben usarse como guía durante la toma con el objetivo en paralelo. En cuanto a las películas, no son necesarias sensibilidades muy altas, aunque sí es conveniente optar por emulsiones cálidas que respondan bien a los colores rojizos de ambas nebulosas. Con exposiciones de 10 a 15 minutos y sensibilidades de 200 a 400 ISO pueden obtenerse buenos resultados.

"Aun a pesar de tener relojes rotos en los baúles, en las Nubes de Magallanes se guardan los más absolutos y recónditos momentos"

Carmen Cortelles

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