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La aurora boreal de mayo de 2024 desde el Observatorio de Torremocha del Jiloca

Aspecto del cielo la noche del 10 de mayo de 2024 poco antes de la medianoche desde el Observatorio de Torremocha del Jiloca (Teruel), con la aurora boreal visible desde España a causa de la intensa actividad solar. Visualmente se apreciaba un tono del cielo de color rosa pálido, no tan intenso como el de la fotografía. Asimismo, el cielo mostraba un aspecto rojizo muy tenue en cualquier dirección. La foto está orientada hacia el horizonte norte-noreste. Las luces inferiores corresponden al tráfico de la autovía Mudéjar y el trazo superior que cruza el cielo es de un avión en el pasillo aéreo Madrid-Barcelona. El color de la aurora boreal es similar al de las que se observaron desde España en 2003 y en enero de 1938, durante la Guerra Civil Española. En los tres casos, tonalidad rojiza más o menos intensa, tal como suele ocurrir en las auroras boreales observadas desde latitudes meridionales, que contrastan con el amarillo y verde típicos de las auroras al norte del Círculo Polar Ártico.

 

FOTOGRAFÍA: Toma sobre trípode desde el Observatorio de Torremocha del Jiloca con Cámara Pentax K-70, objetivo gran angular de 24 mm. Carl Zeiss Jena a f/5.6 y 15 segundos de exposición a 1.600 ISO. (Foto: Vicente Aupí)

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Salvemos las noches estrelladas

Credit: C. Mayhew & R. Simmon (NASA/GSFC), NOAA/ NGDC, DMSP Digital Archive

A mediados del siglo XX aún era posible ver la Vía Láctea desde el interior de muchas ciudades, pero actualmente sólo puede observarse ese espectáculo en plena naturaleza. En 1986 la contaminación lumínica también impidió ver el legendario cometa Halley a millones de personas y hoy, en pleno siglo XXI, la realidad es que el cielo nocturno se halla en trance de desaparecer en una gran parte del planeta. Hace cuatro siglos que Galileo hizo los primeros estudios telescópicos, pero él apenas podría realizar sus observaciones bajo el cielo actual, porque se lo impediría una infinidad de luces parásitas. Las noches estrelladas, el firmamento nocturno, la grandiosidad de la bóveda celeste… todo ello supone uno de los más grandes patrimonios de la naturaleza que tenemos, y su pérdida sería uno de los mayores contrasentidos para nuestra civilización, porque el ser humano y el resto de los seres vivos estamos todos hechos de fragmentos de estrellas. Es necesario detener el avance de la contaminación lumínica en todo el mundo, pero en el caso de España estamos ante el paradigma de uno de los países con el mejor cielo nocturno de Europa y en el que, lamentablemente, más han aumentado los focos de polución debido a la ausencia de una ley de protección estatal y de medidas que regulen el alumbrado de manera correcta. Pero no te engañes: no es sólo un problema para los astrónomos, porque el exceso de luces en ciudades y pueblos no sólo nos roba las estrellas, sino que, además, supone un gasto económico inútil para todos los ciudadanos. No se trata de quedarnos a oscuras, sino de usar el alumbrado correcto, que ilumine hacia abajo y permita, al mismo tiempo, conservar el patrimonio natural de las noches estrelladas y reducir el sobrecoste de la factura de luz que supone el derroche de tanta farola sin control.

Cielo y Tierra

Vicente Aupí completa su trilogía sobre la Guerra Civil

Editorial Dobleuve acaba de publicar El Caudillo y las uvas de la derrota, nuevo libro de Vicente Aupí, con el que completa su trilogía de la Guerra Civil Española, ya que también es autor de El General Invierno y la Batalla de Teruel (2015) y Crónicas de fuego y nieve (2017). Con el subtítulo La verdad sobre la caída franquista en el Sitio de Teruel, la nueva obra aporta respuestas a las grandes incógnitas acerca de la Batalla de Teruel que han permanecido sin respuesta desde la Guerra Civil. ¿Por qué Varela, Aranda, Dávila y la gran constelación de generales sublevados reunidos por Franco en una gigantesca operación militar no consiguieron liberar Teruel del cerco republicano en la apocalíptica Nochevieja de 1937? ¿Cuáles fueron las verdaderas razones por las que se dio la inexplicable orden de detenerse y no tomar la plaza a las tropas sublevadas que llegaron a alcanzar las calles de la ciudad, en la que no había enemigo enfrente porque los republicanos habían huido en desbandada? ¿Impidió la gran nevada de aquella Nochevieja la liberación de Teruel o se trata de un mito franquista destinado a justificar el fracaso de su operación militar? Vicente Aupí aporta respuestas a todas estas preguntas y conduce al lector a las verdaderas causas de la derrota franquista en el Sitio de Teruel en las decisivas semanas de diciembre de 1937 y enero de 1938 en las que el General Invierno fue uno de los principales condicionantes de la lucha casa por casa y calle por calle, en medio de un paisaje urbano de destrucción total que han permitido comparar los combates de Teruel durante la Guerra Civil con la Batalla de Stalingrado en la Segunda Guerra Mundial. El libro cuenta con un emotivo prólogo de la escritora Evelyn Mesquida, que expone las paradojas de todas las guerras y rememora cómo algunos de los republicanos que participaron en los combates de Teruel durante la Guerra Civil liberaron París de la ocupación de la Alemania nazi en 1944, durante la Segunda Guerra Mundial.

© Vicente Aupí

Portada del nuevo libro de Vicente Aupí, ilustrada con la obra "Ventisca en el puente de Hierro", de Miguel Ángel Sánchez.

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El Observatorio

El Observatorio de Torremocha del Jiloca (Teruel) fue creado por Vicente Aupí en 1985. Se encuentra en esta pequeña población del valle del Jiloca, a 994 metros de altitud, al pie de la Sierra Palomera, en una zona privilegiada para la observación astronómica del cielo y de gran interés desde el punto de vista climatológico, ya que se halla enclavada en el triángulo Geográfico Teruel-Molina de Aragón-Calamocha, considerado como uno de los principales polos del frío de la Península Ibérica.

La serie climatológica del observatorio tiene ya datos de 34 años de observaciones termométricas y pluviométricas. A su vez, las actividades astronómicas se han orientado fundamentalmente a la astrofotografía, la divulgación científica y la observación de acontecimientos celestes como los eclipses solares y lunares y la aparición de destacados cometas, entre ellos el histórico del Halley en 1986.

Más información

Datos climatológicos del observatorio

Si lo deseas puedes acceder aquí a los datos climatológicos de temperatura y precipitación de la estación meteorológica del Observatorio de Torremocha del Jiloca en este enlace

Astrofotografía

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"Aun a pesar de tener relojes rotos en los baúles, en las Nubes de Magallanes se guardan los más absolutos y recónditos momentos"

Carmen Cortelles

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