Inundación de Alzira tras la avenida del Júcar de octubre de 1982. (Foto: Luis Vidal).
Portada del diario Levante del 21 de octubre de 1982.
Vicente Aupí en uno de los aljibes de la casa forestal en la que se hizo el estudio de campo.
Ramón Sánchez, el guarda forestal que tomó las medidas parciales de lluvia con el pluviómetro de la casa forestal. (Foto: Cortesía familia Sánchez)
Situación meteorológica en capas altas, en la que se observa la gota fría situada sobre Gibraltar.
Ningún otro temporal contribuyó a popularizar entre la sociedad el concepto meteorológico conocido como gota fría. El impacto de las lluvias torrenciales de octubre de 1982 y las inundaciones que las acompañaron tuvieron tal calado que en los años posteriores se deformó el concepto hasta el punto de que cualquier situación de riesgo por lluvias intensas se vinculaba, ineludiblemente, a la presencia de una gota fría. Aunque en las décadas previas hubo riadas catastróficas en muchos otros lugares de la España mediterránea, la conmoción causada por el desmoronamiento de la presa de Tous marcó varios hitos, tanto en lo meteorológico como en lo social, de forma que el temporal acaecido entre los días 19 y 21 de octubre de 1982 constituye una de las grandes efemérides históricas del siglo XX en España.
Uno de esos hitos fue el inicio de la modernización de la meteorología en nuestro país, con la paulatina implantación de nuevos equipamientos como los radares meteorológicos y la creación de los Grupos de Predicción y Vigilancia meteorológica (GPV) en el seno del entonces llamado Instituto Nacional de Meteorología (INM), predecesor de la actual Aemet, que supusieron una extraordinaria mejora en la predicción y seguimiento de los grandes temporales de precipitaciones. Seguramente, en ello influyó también que al episodio de octubre de 1982 siguieron en los meses posteriores otros dos violentos temporales de lluvias. Apenas dos semanas después de romperse la presa de Tous, se produjeron inundaciones en Cataluña, Andorra y Aragón, con extraordinarias avenidas en las cuencas de los ríos Cinca y Segre, y cuando ni siquiera había transcurrido un año, a finales de agosto de 1983, el País Vasco vivió uno de sus más catastróficos temporales de lluvias intensas. Tres de las grandes inundaciones ocurridas en España se concentraron en menos de un año entre octubre de 1982 y agosto de 1983 para asombro de la sociedad, que asistió a una de las décadas más propensas del siglo XX a este tipo de episodios.
La estimación inicial de 1.121 mm. en Casa del Barón
La cuantía e intensidad de las precipitaciones durante aquella década de los 80 fue una de las más extraordinarias desde que se iniciaron las observaciones meteorológicas con registros sistemáticos en el siglo XIX. Entre el 19 y el 20 de octubre de 1982, aguas arriba de la presa de Tous, una amplia zona en el entorno de la Muela de Cortes acumuló lluvias superiores a los 600 mm. Años después, las poblaciones de Gandía y Oliva vieron caer 864 y 817 mm. en menos de 24 horas, respectivamente, el día 3 de noviembre de 1987. Estos dos últimos constituyen los mayores registros de lluvia en 24 horas observados directamente en España mediante instrumental oficial de Aemet, pero por encima de ellas permanecía desde el episodio de octubre de 1982 un dato difícilmente creíble: los 1.121 mm. de lluvia estimada en Casa del Barón, en la Muela de Cortes (Valencia). Esos 1.121 mm. correspondían al cálculo realizado por la Comisaría de Aguas del Júcar para cifrar la lluvia caída en la casa forestal ubicada en ese punto entre las 18 horas del 19 de octubre de 1982 y la misma hora del día 20. Además de la notable difusión de la que fue objeto en el ámbito meteorológico, dicho dato consta en el sumario del procedimiento judicial abierto por el desmoronamiento de la presa de Tous, así como en varios informes técnicos. Se trataba de una estimación, pero eso no fue óbice para que durante estas décadas se considerara factible teniendo en cuenta la excepcionalidad de la situación meteorológica en la que se produjo, marcada por una gran depresión aislada en niveles altos (dana) que, a su vez, propició un gran Complejo Convectivo de Mesoescala (CCM), un gran sistema organizado de tormentas.
El principal problema acerca de aquellos 1.121 mm. en Casa del Barón es que se calcularon combinando datos reales de lluvia registrados con un pluviómetro homologado (tipo oficial Hellmann, como los usados en la red Aemet), y otros estimados en base al agua de lluvia acumulada en un aljibe de la casa forestal. Se procedió de esta forma porque el guarda forestal de Casa del Barón, Ramón Sánchez, no pudo medir la lluvia entre la tarde del día 19 y la mañana del 20 debido a que el pluviómetro fue volcado por la violencia de la tormenta. Desde las 9 a las 18 horas del día 20, tras colocar el pluviómetro correctamente, Sánchez anotó 561 mm. de lluvia, un dato ya de por sí sobresaliente, aunque incompleto puesto que se desconocía la precipitación de las horas previas en las que el aparato permaneció volcado. Para estimar esa lluvia perdida, la Comisaría de Aguas del Júcar tomó en cuenta el desbordamiento del aljibe a las 10 de la mañana, en que empezó a inundar el suelo de la casa. Por tanto, en aquella hora se había llenado por completo el aljibe, que habría actuado como un enorme pluviómetro. Asumieron que dicha cisterna tenía 110 metros cúbicos de capacidad, y que al iniciarse la lluvia había 2 metros cúbicos como máximo, que restaron de la capacidad total. Dividiendo dicho volumen por la superficie receptora del tejado (169,22 metros cuadrados), resultaban 638 mm. de precipitación recogida en el aljibe desde que empezó a llover a las 18 horas del día 19 hasta las 10 horas
del día 20.
Tal como se detallaba en el informe aportado al juicio por el derrumbamiento de la presa, sumaron a ello los 561 mm acumulados en el pluviómetro entre las 9 y las 18 horas en sucesivas medidas. Dado que entre las 9 y las 10 horas había medida simultánea en el aljibe y el pluviómetro, como hipótesis más ajustada se restó la tercera parte de los 233 mm. medidos entre las 9 y las 12 horas, es decir, 78 mm. El resultado final era, pues, de 638+561-78=1.121 mm. Todo ello con la salvedad de que el agua desbordaba a menudo los canales de desagüe del tejado, por lo que la lluvia realmente caída sería incluso mayor.
Incertidumbre sobre las precipitaciones reales de 1982
Más allá del hecho de que los 1.121 mm. de Casa del Barón se basaran en estimaciones, la realidad es que el conjunto de precipitaciones conocidas en la zona cero del temporal de octubre de 1982 está marcado por cierta incertidumbre, incluso en el caso de la propia red de Aemet. La escasez de estaciones en el gran espacio despoblado de la Muela de Cortes de Pallás y el macizo del Caroig, los datos tomados de forma improvisada con recipientes que hicieron las veces de pluviómetro (pozales y bidones, por ejemplo) y la imposibilidad de acceder a algunos lugares dificultaron la obtención de cifras precisas de precipitación. Un buen ejemplo son los 632 mm. del Barranco Salado, en el término municipal de Bicorp, dato oficial correspondiente al 20 de octubre de 1982 validado por la propia Aemet y obtenido mediante un pluviómetro tropical de gran capacidad. Sin embargo, ésta era la capacidad total del pluviómetro, que estaba en una ubicación remota y se desbordó, y según el observador se había perdido una cantidad indeterminada de lluvia, que pudo ser grande. Por tanto, la lluvia en el Barranco Salado de Bicorp pudo ser bastante superior a esos 632 mm.
En otros lugares, como la central nuclear de Cofrentes, el bidón de descarga de un pluviógrafo permitió estimar una precipitación de 580 mm., aunque la gráfica de dicho instrumento no aportó información precisa porque era un borrón sin detalles en los períodos de lluvia intensa. Algo parecido se hizo en Jalance con un pozal, con el que inicialmente se cifró en 725 mm. la lluvia caída, aunque realmente fueron 546.
Estudio de campo para clarificar la certeza de la efeméride de 1.121 mm.
La realidad, pues, es que el mapa de lluvias de los días 19 a 21 de octubre de 1982 en la Muela de Cortes y el entorno del río Júcar y las zonas inundadas en el episodio de la Pantanada de Tous no ha permitido obtener cifras precisas que aporten el perfil real de la lluvia caída. En esa tesitura, una efeméride tan sobresaliente como la de los 1.121 mm. estimados en la casa forestal de la Muela de Cortes merecían un análisis específico, por lo que en octubre de 2022, coincidiendo con el 40 aniversario de la Pantanada, se decidió poner en marcha un estudio de campo en el mismo lugar, con el fin de aportar luz acerca de un evento que durante estas décadas ha sido objeto de debate permanente en el mundo de la meteorología, ya que se trataba del único caso conocido en que se superaba la barrera de los 1.000 mm. de lluvia en 24 horas en algún lugar de España.
Para proceder al estudio se solicitó la correspondiente autorización a la sección forestal de la Generalitat Valenciana, con el fin de acceder a las instalaciones de Casa del Barón en la Muela de Cortes. Además del pertinente permiso, desde dicha sección se brindaron todas las facilidades y ayudas sobre el terreno. Gracias a ello, en febrero y septiembre de 2023 se procedió a un estudio a fondo de la casa forestal y el sistema utilizado para la estimación de los 1.121 mm. de lluvia durante el temporal de 1982. Los informes en los que se plasmó en su día ese dato se basaban en el agua acumulada en el aljibe bajo la casa forestal, que se sumó a la lluvia observada directamente por el guarda forestal con un pluviómetro. El estudio de campo tenía como objetivo realizar una medición directa de las dimensiones y capacidad del supuesto aljibe, así como de la techumbre del recinto, que es la que hace las veces de recolectora de lluvia y la vierte al subsuelo para su almacenamiento.
De 1.121 a 882 mm.
El estudio ha cumplido todas sus expectativas, aunque los resultados han sido sorprendentes. En primer lugar, se comprobó la medida de la superficie receptora del tejado (en concreto de su proyección horizontal): 168,41 metros cuadrados, muy ligeramente inferior a los 169,22 estimados por la Comisaría de Aguas del Júcar. A continuación, el trabajo de campo reveló que en vez de un aljibe había dos que se comunicaban por una tubería para la distribución del agua, actuando como vasos comunicantes. Y las medidas obtenidas difieren notablemente de las que se publicaron entonces, ya que el volumen total es claramente inferior: el del aljibe principal era de 46,449 m3, el del secundario era de 22,513, y el de la tubería de conducción era de 0,177. Un volumen total de 69,139 m3, que resultó ser un 37% inferior al considerado por la Comisaría de Aguas del Júcar hace 40 años.
A partir de aquí, se aplicó el mismo procedimiento que había aplicado entonces la Comisaría de Aguas: se descontaron los 2 metros cúbicos que supuestamente contenían los aljibes al iniciar la lluvia, por lo que, hasta que se desbordaron los aljibes, se había recogido el equivalente de 399 mm., y no 638 (239 mm. menos). A ello se sumó la cantidad recogida en el pluviómetro, restando nuevamente la tercera parte de lo recogido entre las 9 y las 12 horas. La lluvia total resultante fue de 882 mm., que es 239 mm inferior a la estimada hace cuarenta años. La diferencia es exactamente la resultante de la menor dimensión de los aljibes respecto a la considerada entonces.
Por tanto, la lluvia que se puede acreditar en aquellas 24 horas en Casa del Barón fueron 882 mm., y no 1.121. Es decir, debe entenderse que esos 882 mm. constituyen la cantidad de lluvia mínima que podemos acreditar para esas 24 horas, pero probablemente la lluvia caída fue mayor, dado que existe el testimonio de que los canales de recogida de agua del tejado se desbordaban. Hay que añadir en este punto que desde las 18 horas a la medianoche del día 20 de octubre, el guarda forestal de Casa del Barón recogió otros 8 mm. de lluvia, por lo que en el total del episodio fueron 890 mm.: los 882 de 18 horas del día 19 a la misma hora del 20 más los 8 mm. hasta medianoche de este último día.
Primer CCM observado con satélites meteorológicos
La situación meteorológica que produjo el temporal del 19 y 20 de octubre de 1982 fue protagonizada por una potentísima depresión aislada en niveles altos (dana) —equivalente a lo que en aquella época se conocía como gota fría—, que se centró al sur de Gibraltar a últimas horas del día 19 y generó lo que en términos meteorológicos se conoce como Complejo Convectivo de Mesoescala (CCM), es decir, un gran sistema organizado de fortísimas tormentas. Fue el primer CCM descrito en Europa gracias a los satélites meteorológicos, labor que hicieron los meteorólogos del INM Ángel Rivera y Ricardo Riosalido.
Dicho temporal y su enorme volumen de precipitación, centrado en el macizo Muela de Cortes-Caroig, en la provincia de Valencia, fue una de las causas del desmoronamiento de la presa de Tous en el río Júcar, con catastróficas consecuencias, por lo que, en lugar de conocerse como riada, la inundación producida en las poblaciones ribereñas se popularizó desde entonces como “pantanada”.
Hacía décadas que el Júcar no experimentaba una avenida de gran magnitud, ya que la última había sido la del 30 de octubre de 1923 y las instituciones tenían la guardia baja y estaban relajadas respecto a esta amenaza. Realmente, el precedente histórico con mayor paralelismo al de 1982 por su excepcionalidad fue el de 1864, por lo que el recuerdo de sucesos tan graves todavía era más lejano.
Conclusiones
La revisión aportada con este estudio de campo acerca de la cantidad de lluvia caída en Casa del Barón, en la Muela de Cortes, quizá pueda interpretarse como un resultado decepcionante acerca de uno de los datos míticos que han permanecido décadas en el ámbito de la meteorología, con el umbral de los 1.000 mm. de lluvia en 24 horas siempre en el centro del debate. En este caso, lo que hace el trabajo de campo realizado es reducir de 1.121 a 882 mm. la lluvia mínima caída en ese punto de la zona cero del temporal de 1982. Se acredita que al menos llovieron 882 mm., pero es probable que la cantidad total fuera superior y, aunque quizá no se superaron los 1.000 mm., el dato final obtenido así como los 817 mm. de Oliva y los 864 en Gandía, ambos en el temporal de noviembre de 1987, atestiguan que es perfectamente factible que en este tipo de episodios otoñales del clima mediterráneo se puedan haber superado los 1.000 mm. en puntos donde no había pluviómetros, y que probablemente algún día ocurra en algún temporal venidero. En cualquier caso, los 882 mm. de lluvia, pese a la reducción de 239 mm. sobre las estimaciones iniciales de 1.121, mantienen el episodio del 19 y 20 de octubre de 1982 en Casa del Barón-Muela de Cortes como el máximo de lluvia en 24 horas conocido en España.
Oficialmente, Aemet valida como máximos en 24 horas los 864 mm. de Gandía y los 817 de Oliva, ambos en noviembre de 1987, porque se trata de registros directos obtenidos en su totalidad con instrumental meteorológico homologado. En el caso de los 882 mm. de la Muela de Cortes-Casa del Barón de octubre de 1982, la mayor parte de la lluvia caída se registró con un pluviómetro de tipo oficial, pero la parte restante, como se ha descrito anteriormente, se calcula a partir del agua recolectada por la techumbre de la casa forestal (que hace las veces de pluviómetro) y se vierte a los aljibes, por lo que su validación oficial es compleja. Los autores consideran, no obstante, que al haberse obtenido con este estudio una medición real y precisa de las dimensiones de la techumbre y los aljibes, y en consecuencia del volumen de agua que entró en ellos, los 882 mm. de Casa del Barón constituyen un dato fiable de la lluvia mínima caída allí en menos de 24 horas entre los días 19 y 20 de octubre de 1982.
© Vicente Aupí y Rafael Armengot. Artículo original publicado en el blog de Aemet. Los autores muestran su agradecimiento, por la amabilidad y la ayuda prestada en este trabajo de campo, a Javier Hermoso de Mena, Mario Romero, Juan Ramón Sánchez, José Antonio Caurín, Vicente Colomer y Julio Estela.
"Aun a pesar de tener relojes rotos en los baúles, en las Nubes de Magallanes se guardan los más absolutos y recónditos momentos"
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