Mapa de tremperaturas a unos 5.500 metros de altitud (500 milibares) del 23 de enero de 1992. El círculo de color verde que aparece aislado del resto de Europa es la masa de aire frío que afectaba a gran parte de España, con heladas de radiación generalizadas. (Wetterzentrale)
Anotaciones del termohigrógrafo del Observatorio de Torremocha de los días 4 al 6 de junio de 1992, mes muy frío en el que, además de helar el día 5, la media mensual fue de sólo 12,7 ºC y las temperaturas fueron inferiores a los 20 ºC en 21 de los 30 días del mes.
Es el año más seco de la serie 1985-2010 de Torremocha. En 1992 sólo se recogieron 218,9 litros por metro cuadrado (mm.) de precipitación. Fue, asimismo, un año frío, carente de anomalías cálidas y más propenso a las frías, como se aprecia claramente en el análisis de algunos de los meses, especialmente enero y junio. La temperatura media anual fue de 10,0 ºC justos, siete dëcimas por debajo de la media.
Enero y junio extraordinariamente fríos
En el caso de enero nos encontramos con la efeméride que le convierte en el más frío de la serie. La temperatura media fue de -1,0 ºC, con un claro dominio de los fríos nocturnos por radiación en noches muy despejadas. El promedio de las máximas, de sólo 5,5 ºC, es uno de los más bajos en un mes invernal, e influyó decisivamente en el promedio final. Conviene subrayar, asimismo, que la frialdad de enero de 1992 nada tiene que ver con temporales u olas de frío de origen polar, ya que el mes fue en general muy estable y seco, con sólo 4,0 mm. de precipitación. Simplemente se trató de un dominio del tiempo anticiclónico que, a lo largo del mes, marcó un continuo enfriamiento en fechas muy propicias para ello.
Respecto al mes de junio, que otros años suele marcar algunos de los grandes picos de calor anuales coincidiendo con el solsticio de verano, en 1992 fue extraordinariamente frío, con una media de 12,7 ºC, inferior en casi 1 ºC a la de mayo. Destaca el bajísimo promedio de las temperaturas máximas, de sólo 19,3 ºC. Las temperaturas extremas del año fueron los 34,8 ºC del 24 de agosto y los -12,0 del 20 de enero. A lo largo del año hubo un total de 137 días de helada. La primera de otoño tuvo lugar el 5 de octubre y la última de primavera el 5 de junio.
La erupción del Pinatubo como precedente
Resulta difícil establecer una relación, pero es cierto que las notables anomalías térmicas de enero y junio de 1992 se produjeron tras la erupción del volcán Pinatubo en Filipinas, ocurrida a mediados de 1991 y sobre la que está acreditada científicamente su influencia en un enfriamiento global de unos 0,5 o 0,6 ºC en la temperatura de la Tierra. Aquel mes de junio sólo hubo nueve días en los que el termómetro superó los 20 ºC, dato importante para un mes en el que la mayoría de las veces el comportamiento es más estival que primaveral.
Acerca del balance anual de precipitaciones, que marca la efeméride de 1992 como año más seco de la serie, la distribución es más uniforme a lo largo de los doce meses que en otros años, no habiendo casos de precipitación nula. El mínimo correspondió a febrero, con 1,2 mm., y el máximo a mayo con 39,5.
"Aun a pesar de tener relojes rotos en los baúles, en las Nubes de Magallanes se guardan los más absolutos y recónditos momentos"
Carmen Cortelles
Estrellas y borrascas
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