2021-06-30
Es una de las grandes páginas pendientes de resolución para la astronomía mundial. El suceso de Tunguska, acaecido el 30 de junio de 1908, pervive como el gran misterio cósmico del siglo XX, aunque en las últimas décadas se han logrado avances para esclarecer lo ocurrido en esta remota región de Siberia, donde hace 112 años se produjo el último impacto cósmico de grandes proporciones sobre la Tierra. Se cree que el choque de un fragmento cometario, con un tamaño aproximado de unos 50-100 metros, causó una gran explosión en la alta atmósfera, pero a fecha de hoy la ciencia aún no ha podido demostrarlo ni resolver los grandes enigmas que rodean este acontecimiento, que estremeció los sismógrafos de Europa y Asia y dejó su huella en los barógrafos de la época al causar una onda atmosférica gigantesca que dio la vuelta al globo terráqueo varias veces. Los días siguientes, la prensa se hizo eco de la sorpresa de los habitantes de ciudades como Londres y Barcelona, ciudades en las que se observó una luminiscencia espectacular en el cielo nocturno. La primera expedición científica al lugar de los hechos, dirigida por Leonid Kulik, quedó sobrecogida por la magnitud del suceso tras llegar penosamente a una región inexplorada, en la que el escenario de la zona cero quedó dibujado por la devastación de miles de kilómetros cuadrados de bosque, cuyos árboles fueron derribados hasta 100 kilómetros de distancia por la onda expansiva. Sus copas miraban hacia el lado contrario al lugar del impacto. En 1988, el investigador ruso Andrei E. Zlobin siguió los pasos de Kulik y protagonizó uno de los principales estudios de la zona cero sobre el terreno, con resultados notables, entre ellos uno de los primeros artículos científicos sobre la superconductividad en meteoritos. En el caso de Tunguska, Zlobin relaciona el estado de superconductividad en el hielo y los fragmentos cometarios a temperaturas ultrabajas para explicar la gigantesca explosión de 1908 en la alta atmósfera. Puedes leer aquí el trabajo de Zlobin sobre la superconductividad en meteoritos y el caso de Tunguska, recientemente traducido del original en ruso a la versión en inglés.
FOTOGRAFÍA: Tunguska zona cero, 1988. Andrei E. Zlobin, de la Academia de Ciencias de Rusia, toma muestras en la taiga siberiana, donde ochenta años después del impacto cósmico del 30 de junio de 1908 decenas de árboles mostraban aún la destrucción causada por la onda expansiva. (Foto cortesía de Andrei E. Zlobin)
"Aun a pesar de tener relojes rotos en los baúles, en las Nubes de Magallanes se guardan los más absolutos y recónditos momentos"
Carmen Cortelles
Estrellas y borrascas
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