Estrellas y Borrascas

Organismos extremófilos y vida extreterrestre

2011-05-15

La ciencia está cambiando su visión clásica acerca de la vida. Hace unas décadas prevalecía la creencia de que la Tierra es un lugar único, privilegiado y con un entorno especialmente favorable para los seres vivos. Incluso el descubrimiento de los exoplanetas, es decir, mundos pertenecientes a otros sistemas solares diferentes al nuestro, ha adolecido del paralelismo impuesto por las creencias ortodoxas tradicionales, plasmado en la constante búsqueda de planetas de tamaño similar al nuestro y a las misma distancia de su estrella progenitora desde la creencia de que sólo la vida puede germinar en ambientes cósmicos como el que habitamos nosotros. Pero el hallazgo de organismos extremófilos en el fondo de los océanos terrestres o en lugares como el río Tinto en España están modificando la suposición generalizada de que la vida sólo es posible en ambientes especialmente favorables. Asimismo, la exploración espacial ha revelado la existencia de lugares insospechados como los géiseres de Enceladus, una de las lunas de Saturno, y un presumible océano de agua líquida bajo la costra helada que cubre la superficie de Europa, uno de los satélites galileanos de Júpiter. ¿Puede haber formas de vida en el inhóspito Marte? Los estudios en el río Tinto, uno de los más contamiandos de nuestro planeta, donde sobreviven microorganismos en condiciones extraordinariamente hostiles, dejan abierta ésa y otras muchas puertas. Tal vez la vida no sea una excepción en el Universo e incluso existan rincones del Sistema Solar en los que esté presente en forma de microorganismos. El lago Vostok en la Antártida, descubierto a mediados de los años 90, es una de las evidencias terrestres de que la vida puede adaptarse a las condiciones más extremas.Se da por hecho que allí, bajo el manto glacial de la corteza de hielo antártica, viven microorganismos que han permanecido millones de años aislados del resto del mundo, a la vez que protegidos del intenso frío del exterior. Este lugar evoca de alguna forma lo que podría ser el océano de agua líquida bajo la costra helada de la luna Europa

 

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FOTOGRAFÍA: Damascus Sulcus, una de las grandes fisuras fotografiadas en la luna Enceladus por la nave Cassini-Huygens en el año 2008. Los círculos marcan la localización de dos de los jets descubiertos en este satélite de Saturno, que parecen arrojar al espacio vapor de agua y trazas orgánicas, lo que sugiere que existe un océano de agua bajo la superficie helada. (Foto: NASA/JPL/Space Science Institute)