2015-08-20
Las colisiones cósmicas que periódicamente sacuden la Tierra han causado extinciones masivas, como las sucedidas hace 65 y 250 millones de años, en las que desaparecieron de nuestro planeta numerosas especies. La teoría de la panspermia plantea que quizá el germen de la vida llegó aquí de la mano de los cometas, que depositaron al chocar con la superficie terrestre la materia orgánica precursora. Pero tanto cometas como asteroides han modelado con sus impactos la evolución de la vida terrestre, de forma que el azar ha debido jugar un papel importante en la supervivencia de las especies que va más allá de las teorías darwinianas. La quietud aparente y los impactos conocidos dan a entender que ese riesgo, con efectos a escala planetaria, se materializa solamente al cabo de millones de años, pero sucesos como el de Tunguska, ocurrido el 30 de junio de 1908, nos recuerdan que el planeta en que vivimos puede ser el blanco de los últimos restos del Sistema Solar, que vagan diseminados por el espacio y en determinadas ocasiones cruzan la órbita terrestre. Tal vez no reparemos en ello porque los elementos naturales se encargan de borrar las huellas de tales impactos: la atmósfera, la vegetación, el agua, la erosión y otros factores impiden ver la mayoría de los cráteres, pero están ahí, algunos ante nuestros ojos al hallarse en lugares desérticos,, como el Barringer en Arizona, y otros escondidos como el Chicxulub, que alberga bajo la superficie los secretos que llevaron a los dinosaurios al fin de sus días.
ILUSTRACIÓN: Escenificación artística del impacto cósmico de hace 65 millones de años en la Península de Yucatán, tras el cual la Tierra sufrió un enfriamiento que llevó a la extinción no sólo a los dinosaurios, sino también a una gran parte de las especies que habitaban el planeta. Esta ilustración de Donald E. Davis recrea los pterodáctilos sobrevolando nubes tropicales en el momento de la colisión. (Imagen: NASA, JPL)
"Aun a pesar de tener relojes rotos en los baúles, en las Nubes de Magallanes se guardan los más absolutos y recónditos momentos"
Carmen Cortelles
Estrellas y borrascas
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