Puesta de sol fotografiada el 15 de abril desde el Lufkastellet (Castillo del Aire), en el lado sueco del puente de Öresund. La erupción del volcán Eyjafjallajökull está propiciando atardeceres extraordinariamente coloridos en Escandinavia. La foto fue tomada por el periodista Óscar Romero. Puedes ver aquí más imágenes suyas de atardeceres tras la erupción volcánica
Es una de las grandes erupciones de los últimos tiempos. El volcán Eyjafjallajökull ha despertado con violencia en Islandia, expulsando toneladas de cenizas a miles de kilómetros y cubriendo el cielo del norte de Europa. Desde hace días, la noticia relacionada con este fenómeno natural es el impacto en el espacio aéreo, que ha causado el cierre de numerosos aeropuertos. Pero en la mente de los científicos hay otro temor: un impacto sobre el clima. Es probable que las cenizas del Eyjafjallajökull no sólo se hayan extendido horizontalmente en la atmósfera; se cree que también han sido inyectadas en la estratosfera, la capa situada encima de la troposfera, que es la que habitamos en superficie. Si se confirma puede haber efectos notables, como los hubo en el pasado con otras grandes erupciones volcánicas, como las del Tambora (1815), Krakatoa (1883) y Pinatubo (1991). Esta última fue suficiente para enfriar 0,6 grados la atmósfera de la Tierra. En 1816, un año después de la erupción del Tambora, Europa vivió el año sin verano. El problema reside en que el manto de cenizas puede sobrevivir uno o varios años en la alta atmósfera. La nube opaca que estos días impide el tráfico aéreo será limpiada poco a poco por el viento y las precipìtaciones, ya que la dinámica atmosférica es muy grande en la troposfera, pero el lavado es más complicado en la estratosfera, donde la estabilidad es mayor. Las partículas volcánicas tapan la radiación solar y esto,, a su vez, hace descender la temperatura del planeta. Aunque los grandes impactos históricos los han producido en su mayoría volcanes situados en latitudes cálidas, como el Tambora, el problema de loas erupciones cercanas a las zonas polares es que la tropopausa está a un nivel inferior, del orden de lo 8 kilómetros en lugar de los 15-17 del ecuador y los trópicos, por lo que es más fácil que las cenizas alcancen la estratosfera.
"Aun a pesar de tener relojes rotos en los baúles, en las Nubes de Magallanes se guardan los más absolutos y recónditos momentos"
Carmen Cortelles
Estrellas y borrascas
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