Sistemas tormentosos fotografiados por la sonda Juno en la región pòlar norte de Júpiter. (Foto: NASA/JPL-Caltech/SwRI/MSSS)
El sobrevuelo de la sonda espacial Juno sobre el Polo Norte de Júpiter ha asombrado a la ciencia, que se muestra desconcertada por las imágenes de este rincón ignoto del gigante del Sistema Solar. Lo cierto es que siempre que un ingenio humano llega a otro mundo asistimos al descubrimiento de una realidad diferente a la que imaginábamos. En realidad, ocurre lo mismo que cuando Galileo observó por su telescopio las cuatro lunas mayores de Júpiter: Ganimedes, Europa, Io y Callisto. Con su visión geocéntrica de aquella época, nunca creyó que habría lunas girando alrededor de otros planetas, pero aquél y otros muchos hallazgos fueron los primeros pasos para que la humanidad encajara la magnitud del Cosmos. Las tormentas descubiertas por Juno en el Polo Norte de Júpiter no se parecen a nada de lo observado hasta ahora, y revelan, entre otras cosas, que al igual que Galileo seguimos sin estar preparados, en pleno siglo XXI, para entender la complejidad del Universo, no ya a años luz, sino en nuestra propia vecindad
"Aun a pesar de tener relojes rotos en los baúles, en las Nubes de Magallanes se guardan los más absolutos y recónditos momentos"
Carmen Cortelles
Estrellas y borrascas
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