Estrellas y Borrascas

La Antártida de Scott y Shackleton un siglo después

Robert Falcon Scott y Ernest Shackleton escribieron en la Antártida a principios del siglo XX algunas de las páginas heroicas de las exploraciones polares. El inglés Scott llegó al Polo Sur en enero de 1912, pocas semanas después de que el noruego Roald Amundsen y su equipo se convirtieran en los primeros humanos en pisar aquel lugar. Las penalidades de Scott y sus compañeros de expedición acabaron costándoles la vida: llegaron deshechos al punto más austral de la Tierra y, una vez allí, el descubrimiento de que Amundsen les había ganado la carrera por el Polo Sur les sumió en la desesperación y acabaron muriendo en el regreso a su campo base. Antes de ello, Shackleton, de origen irlandés, había logrado en 1907 superar el paralelo 88 grados sur. Aunque no llegó al polo, alcanzó el punto más austral logrado hasta ese momento. Ambos exploradores son noticia ahora, más de un siglo después de sus hazañas, porque la Fundación Patrimonio de la Antártida (Antarctic Heritage Trust) ha culminado recientemente los trabajos para rehabilitar y preservar tres iconos de las exploraciones antárticas: las cabañas utilizadas por Scott en Cabo Evans y Hut Point, así como la de Shackleton en cabo Royds. Estos tres edificios han estado más de un siglo a merced de los elementos en el lugar más frío del planeta y, ahora, los trabajos de restauración han servido para preservarlos y garantizar una buena conservación en el futuro en lo que constituye todo un homenaje a la historia de las exploraciones geográficas. En esta iniciativa han participado 62 especialistas de 11 países. Además de las cabañas, se ha logrado la recuperación y conservación de más de 18.000 objetos de las expediciones de Scott y Shackleton, como ropa, equipos, víveres y artículos personales usados por los dos exploradores en sus expediciones.