Estrellas y Borrascas

Los astros alumbran a Copérnico en Varsovia

Las luces de navidad brillan en la vieja Varsovia, la ciudad continuamente herida por las guerras y que siempre ha sabido sobrevivir a ellas. Aunque nació en Toruri, otra ciudad de Polonia, Varsovia también tiene su monumento a Nicolás Copérnico en la parte vieja de la ciudad, que fue reconstruida prácticamente piedra a piedra después de su destrucción en la Segunda Guerra Mundial. El ilustre astrónomo polaco, que consiguió remover los cimientos del geocentrismo en el siglo XVI, aparece solemne en su estatua mientras al fondo brillan juntos Júpiter y la Luna creciente mientras intervalos de nubes apagan la luz de ambos astros en este principio de 2012 inusitadamente cálido en toda Europa. Los polacos lo disfrutan sin preguntas después del crudo invierno 2010-2011. Pero las bonanzas del invierno actual no evitan algunas preguntas que surgen espontáneamente al contemplar la presencia pétrea de Copérnico: ¿serían los astrónomos de hoy capaces de observar como lo hizo él, en un país tan gélido y en plena Pequeña Edad de Hielo? Aunque se equivocara creyendo que el centro del Universo estaba en el Sol, Copérnico cambió las concepciones cosmológicas lo suficiente para que quienes le siguieron a lo largo de la historia de la astronomía encontraran algunas de las claves de nuestro modelo actual, aunque, como es evidente, otras claves permanecen sin resolver. Sobre la Tierra, guerras terribles dejaron huellas imborrables sobre Varsovia, pero en el cielo de Polonia se escribieron las primeras páginas de la nueva cosmología. Varsovia, 2 de enero de 2012