Estrellas y Borrascas

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CIELO Y TIERRA

Ordesa, la línea del cielo

Foto: Vicente Aupí

20
SEP
2009

20 de septiembre de 2009, 2 horas y 36 minutos de la madrugada: la constelación de Orion amanece por el horizonte este junto a La Fraucata, la línea del cielo del Parque Nacional de Ordesa. Son vísperas del equinoccio de otoño y las estrellas iluminan el último cielo del verano 2009. El bullicio de los visitantes diurnos ha desaparecido y ahora se escucha el latido del parque bajo el firmamento, en el que las constelaciones estivales ceden el protagonismo a las que presiden las frescas madrugadas otoñales. Sirius, invisible, casi deberá aguardar al invierno para rebasar las formidables crestas al caer la noche, pero Orion, el Gran Cazador, la figura mitológica de los cielos, renace con el equinoccio de septiembre.
Abajo, entre la espesura, los sonidos de la fauna acompañan esta mágica escena del firmamento y el eco del cárabo resuena por todos los rincones. La belleza nocturna de Ordesa eclipsa su imagen habitual a pleno día, la que todos conocemos pero sólo podemos contemplar. La noche, en cambio, aquí se contempla y se escucha; en medio de la oscuridad se siente el latido de sus habitantes y la simbiosis entre los astros y el paisaje desborda nuestros sentidos de manera indescriptible. Este tesoro de los Pirineos tiene firmamento propio, otro valor añadido a su grandioso patrimonio natural. La noche de Ordesa derrocha vida en el cielo y en la Tierra.

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Carmen Cortelles

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